Parotidectomía

Parotidectomía

Usted va a ser sometido (a)  una Parotidectomía.

Es decir se le extraerá parte o la totalidad de la glándula parótida.

La parótida es una glándula salival (productora de saliva) que se encuentra en el espesor de su cara y cuello.

Esta cirugía se realizará  porque tiene una enfermedad, nódulo, o tumor o enfermedad parotídea, es decir, es más seguro para usted someterse a esta cirugía que permanecer tal como se encuentra ahora.

Esto consiste en la extirpación parcial o total de la glándula parótida, por lo que es importante  informarle en que consiste esta intervención.

Esta cirugía es una Cirugía Mayor, es decir, requiere una hospitalización (no es ambulatoria) de al menos 1-2 días y se realiza bajo anestesia general. Habitualmente requiere un reposo relativo (y/o licencia médica) de al menos 15-20 días, pero en caso de confirmarse un diagnóstico de malignidad (cáncer) o en caso de complicaciones de la cirugía, puede ser necesario reposo laboral por varios meses.

En esta cirugía, existen todos los riesgos habituales asociados a cualquier cirugía mayor con anestesia general, como por ejemplo:

  • reacciones alérgicas o adversas a la anestesia,
  • descompensación de sus enfermedades crónicas o de base,
  • dolor y molestias asociadas a la intubación (procedimiento indispensable para la conexión a la ventilación mecánica),
  • Alteraciones en la sensibilidad de la piel adyacente.
  • infecciones o hemorragia de la herida operatoria,
  • necesidad de reoperaciones (extraordinariamente infrecuente),
  • otras complicaciones poco habituales, que pueden ocurrir con una frecuencia menor al 1% de los casos.

Además existen algunas complicaciones específicas de  esta cirugía:

Parálisis o paresia del nervio Facial

Hematoma agudo del lecho quirúrgico

Síndrome de Frey

 La paresia y la parálisis del nervio facial.

El nervio facial se encuentra ubicado en el espesor de la glándula parótida, y es el responsable del movimiento de los músculos de la cara, tiene múltiples ramas y se parece a la nervadura de una hoja. Cuando se realiza la parotidectomía, es necesario identificar (y preservar) el nervio facial para que no resulte dañado durante la operación.

Este nervio es extraordinariamente sensible (incluso se puede paralizar con cambios de temperatura), de tal modo que, aunque  se tomen todas las precauciones, en ocasiones se  puede afectar su función. Si la disfunción es parcial (es decir mueve menos, asimétricamente, la musculatura del lado de la cara afectado), hablamos de paresia del nervio facial. Si la disfunción es completa (es decir no mueve ningún músculo facial del lado afectado), hablamos de parálisis facial.

La paresia facial postoperatoria es relativamente frecuente (aprox. 11 % de los casos), habitualmente leve y transitoria, recuperándose al cabo de algunas semanas o meses con ejercicios de rehabilitación, y en algunas ocasiones, requiere terapia por kinesiólogo.

La parálisis facial es menos frecuente pero muy relevante desde el punto de vista cosmético, pues se deforma significativamente el aspecto facial. Afortunadamente, la gran mayoría de los casos se recupera espontáneamente o con la ayuda del kinesiólogo, al cabo de un tiempo moderado (meses).

Pero el riesgo más temido de esta intervención, es la parálisis facial definitiva; es una complicación grave, que puede ocurrir entre el 1 y 11 % de los casos, y puede ocurrir por un tumor maligno (cáncer) que comprometa el nervio, o por un tumor del propio nervio facial (benigno o maligno) –es decir, el tumor, proviene del mismo nervio- o porque la anatomía individual del paciente no permita una adecuada identificación del nervio durante la cirugía. Cuando se produce esta complicación, pueden intentarse tratamientos de microcirugía de rescate, pero los resultados habitualmente no son muy alentadores o favorables.

Otra complicación general que ocurre con una frecuencia muy baja (aproximada del 1-3 % de los casos), pero que reviste gravedad, es el hematoma agudo del lecho quirúrgico, es decir la ocurrencia de una hemorragia en el sitio operatorio y cuyo  tratamiento consiste en la reoperación inmediata.

Otra complicación infrecuente de esta cirugía es el “Síndrome de Frey”. Éste ocurre en aproximadamente el 5 % de las parotidectomías, y consiste en rubor y sudoración de la mejilla, en el área adyacente a la oreja. Pueden aparecer cuando la persona afectada come, ve, sueña, piensa o habla sobre ciertos tipos de comida que producen una fuerte salivación. Para disminuir el riesgo de esta complicación en ocasiones es necesario realizar un procedimiento agregado en su cirugía (colgajo o transposición muscular), y consiste en tomar parte de un músculo de cara o cuello para “rellenar el lugar que ocupaba la glándula parótida”.

La parotidectomía se realiza con una incisión en la región preauricular, es decir, por delante del pabellón auricular, que luego rodea el lóbulo de la oreja y se extiende hacia el cuello, siguiendo los pliegues de la piel, con forma de “S”, pero el tamaño puede variar dependiendo del tamaño de la glándula y del tipo de enfermedad parotídea del paciente.

Algunos pacientes pueden tener una tendencia personal a formar cicatrices gruesas y molestas, conocidas como “queloides”. Esto es bastante poco frecuente en Cirugía de parótida, pero no imposible, por esto es importante seguir los controles postoperatorios, que nos permiten buscar alternativas de tratamiento para estos y otros defectos de la cicatrización.

Con la experiencia de nuestro equipo quirúrgico, la incidencia de estas complicaciones es extremadamente baja, similar o más baja que le reportada por las Clínicas más importantes de nuestro país y comparable a importantes centros  internacionales.

Existen otras posibles complicaciones, que pueden presentarse en cualquier tipo de intervención quirúrgica, como infecciones de herida operatoria, infecciones respiratorias, atelectasias pulmonares (colapso de segmentos pulmonares por secreciones bronquiales), trombosis venosa profunda (formación de coágulos en el interior de venas profundas), tromboembolismo pulmonar (coágulos que viajan dentro de las venas hasta depositarse en el pulmón), cardiopatía coronaria, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, reacciones alérgicas o anafilácticas, insuficiencia hepática, etc. Son extraordinariamente raras e infrecuentes en cirugía de parótida.

                La mortalidad quirúrgica o anestésica, complicación más temida de cualquier cirugía, es extraordinariamente infrecuente para la Parotidectomía, y este equipo quirúrgico no reporta ningún caso a la fecha, pero en Medicina no existe el 0 %,  por lo que no es imposible de ocurrir.

También es importante que recuerde que todo tejido que se reseca de su cuerpo va posteriormente a estudio (biopsia), esto consiste en que su glándula es sometida a procesos químicos y físicos, que permiten observarla bajo microscopio y realizar un “Diagnóstico Histológico”, que es la verdad final de lo que ocurría en su parótida. Este resultado habitualmente se encuentra disponible en el establecimiento donde se operó, al cabo de 10-20 días, desde la fecha de su intervención.

Es importante considerar que, si en el resultado de la biopsia, se demuestra que existe un tumor maligno, puede ser necesario considerar tratamientos complementarios, que pueden incluir reoperaciones, radioterapia, quimioterapia, terapias inmunológicas dirigidas, etc.  y,  dependiendo de la agresividad del tumor, a veces, pese a todos estos  tratamientos, la enfermedad puede progresar en la misma glándula, en los nervios cercanos, en los linfonodos cercanos (tambien conocidos como ganglios linfáticos), o en otros órganos a distancia. Esta diseminación linfática y a distancia es conocida como metástasis.

También es importante saber, que algunos tumores de la parótida (benignos y malignos), tienen una importante tendencia a recidivar,  es decir a volver a reproducirse en la misma glándula. Asimismo otros tumores, tienen tendencia a asociarse a tumores en la parótida del otro lado.

Finalmente, hay que mencionar que existen otras enfermedades que pueden producir masas de aspecto tumoral en varias glándulas salivales (parótidas, submandibulares y sublinguales), y que también tienen indicación quirúrgica.